Un estudio sobre barreras arancelarias, promovido por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), muestra que las exportaciones brasileñas están sujetas a aranceles de importación que cuestan, en promedio, el doble que los aplicados a países con características geográficas y económicas similares a las de Brasil. Según el estudio, el arancel promedio de importación aplicado a los productos brasileños en el extranjero es del 4,6%, mientras que en promedio, en otros países es del 2,3%.
Según el estudio, entre 18 países seleccionados, Brasil es el tercero con la tarifa de importación más alta (4,6%) al intentar acceder a los mercados extranjeros, solo por detrás de Argentina (5,3%) e India (4,8%). En América Latina, excepto Argentina y Brasil, otros países se destacan por sus bajos aranceles promedio al exportar sus productos: Colombia (1,2%), Chile (1,2%), Perú (1,1%) y México (0,4%).
En el grupo de países BRICS, el arancel de Brasil es el segundo más alto, detrás de India pero menor que el de las otras economías: China (3,7%), Sudáfrica (2,4%) y Rusia (2,0%). El estudio también muestra que, en cuanto a productos manufacturados, Brasil tiene el cuarto arancel más alto entre los países seleccionados. El arancel es del 3,3%, superado solo por India (4,4%), Indonesia (3,8%) y China (3,6%).
No es necesario ser un experto en comercio internacional para concluir lo obvio: el país se encuentra en esta situación porque a lo largo de los años, bajo gobiernos conservadores y de izquierda, sus líderes nunca se han preocupado por formalizar acuerdos comerciales con otros países o bloques con los que podrían negociar aranceles más favorables. Según datos de la CNI, los países que tienen acuerdos con Brasil representan solo el 7% del comercio mundial.
La única excepción es Mercosur, creado en 1991 por el Tratado de Asunción, que actualmente está en riesgo debido a desacuerdos entre los gobiernos de Brasil y Uruguay, por un lado, y Argentina, por otro, en relación con una posible apertura que permita a cada socio negociar acuerdos individualmente fuera del bloque. Si esta posibilidad se materializa, la idea de un bloque se desmoronará y es probable que Mercosur se debilite.
La esperanza que queda es que en 2022 se firme el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea (UE), siempre que se resuelvan los problemas relacionados con las concesiones después de más de dos décadas de negociaciones. Si es aprobado por los parlamentos de los países de ambos bloques, el acuerdo representará el 25% de la economía mundial. Además, alrededor del 90% de los productos de ambos bloques ya no estarán sujetos a impuestos de importación, ya que los artículos más sensibles deberán cumplir con un calendario de reducción de aranceles que, en algunos casos, se extenderá durante 15 años.
En cualquier caso, la política de comercio exterior no puede detenerse ahí, ya que constituye una política de Estado, independientemente del partido que gane las elecciones presidenciales de 2022. Mercosur debe ratificar el acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), que incluye a Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, y avanzar en las negociaciones con Canadá, el Reino Unido, Sudáfrica, México y países de América Central. Sin dejar de profundizar en una agenda de diálogo con Estados Unidos. Todos estos socios representan oportunidades comerciales en bienes de alto valor agregado, servicios e inversiones.
Todo esto podría significar una reacción contraria al proceso de desindustrialización por el que ha estado pasando el país desde 2010, lo que no implica ningún impedimento para el crecimiento de sectores como el mineral de hierro, la soja, el petróleo, la celulosa, el maíz, el azúcar, la carne de res y de pollo, que tienen una gran demanda en el mercado internacional. Lo que se debe tener en cuenta es que los productos manufacturados tienen un mayor valor agregado y crean más oportunidades de empleo, factores esenciales para que el mercado interno del país también prospere y supere la crisis.
Liana Lourenço Martinelli, abogada, posgraduada en Gestión de Negocios y Comercio Internacional, es la gerente de relaciones institucionales del Grupo Fiorde, compuesto por Fiorde Logística Internacional, FTA Transportes y Almacenes, y Barter Comercio Internacional. Correo electrónico: fiorde@fiorde.com.br. Sitio web: www.fiorde.com.br
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