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La Sincronización de los Modos de Transporte es el Futuro

Liana Lourenço Martinelli
12 Ago 2021

En Róterdam (Países Bajos) y Amberes (Bélgica), los puertos más grandes de Europa, hoy en día la sincronización de los modos de transporte se lleva a extremos. Por ejemplo, una mercancía, ya sea que llegue en camión, tren o barco, solo puede llegar al terminal siete días antes de la fecha programada para la entrada del barco que la transportará a otro puerto. Si el remitente lo hace antes de este plazo, los costos se disparan porque, después de todo, el espacio es vital y debe ser administrado de manera extremadamente eficiente para asegurarse de que la carga no permanezca en el puerto más tiempo del necesario.

Esto se debe a que los costos de transporte tienen un peso considerable en el precio final de un producto, ya que el propietario de la mercancía debe pagar no solo los gastos incurridos en el movimiento entre dos puntos, sino también los gastos relacionados con el mantenimiento del inventario en tránsito. Por lo tanto, la logística busca seleccionar un transporte con costos más bajos que satisfaga las necesidades del consumidor.

Además, también es necesario minimizar al máximo el tiempo requerido para el movimiento del producto, ya que, después de todo, cuanto más rápido sea el transporte, menos tiempo el espacio del almacén estará no disponible para otra carga. Por lo tanto, la empresa de transporte que pueda cumplir con los plazos programados para el movimiento del producto con los costos más bajos posibles sale adelante. Estos costos, especialmente en el transporte por carretera, que maneja el 61% de la carga del país, se dividen principalmente entre los gastos de terminal y en tránsito. Los gastos de terminal, que incluyen recolección, entrega, mantenimiento de plataformas, facturación y cobro, representan del 15 al 25% del costo total.

Esto se puede explicar por el hecho de que hoy en día, la compra o venta de un producto está sujeta a un conjunto de necesidades que solo tienen en cuenta el precio, la calidad, la agilidad en la entrega y, sobre todo, la confiabilidad. Ante la fuerte competencia y los constantes cambios en el comportamiento del consumidor, las empresas buscan prácticas que ofrezcan ventajas sobre los competidores, porque esa es la única manera de retener y adquirir nuevos clientes.

En otras palabras, la tan aclamada productividad solo es posible a través de la reducción de costos y un servicio perfecto de atención al cliente, lo que solo se demuestra si el cliente tiene el producto comprado en las condiciones, cantidades, tiempo y lugar definidos en el momento de la compra. Si alguno de estos elementos no funciona satisfactoriamente, está claro que el cliente no solo se quejará, sino que a menudo también comunicará su decepción a otros socios. Y esta queja se transmite ahora no solo de boca a boca, sino también a través de medios digitales a velocidades incalculables.

Para lograr este objetivo, muchas empresas que tenían su propia flota decidieron externalizar parcial o totalmente el transporte, ya que mantener una flota de camiones y remolques requiere una estructura administrativa compleja con conductores, asistentes, mecánicos, supervisores y asistentes para mantener los vehículos actualizados. Sin embargo, la excelencia de los servicios todavía tiende a escapar al control de las empresas porque a menudo hay errores o retrasos causados por terceros y, especialmente, por la deficiente infraestructura del país.

Por lo tanto, es esencial que haya una creciente sincronización entre los modos de transporte, lo que depende en gran medida de las inversiones públicas en carreteras, ferrocarriles, vías fluviales, puertos y aeropuertos. Así, la restauración y finalización de las redes de carreteras y ferrocarriles y la construcción de instalaciones portuarias, así como mejoras en el sector aeroportuario, son cada vez más urgentes. Al mismo tiempo, es necesario aumentar el número de concesiones de terminales portuarios al sector privado, incluido el capital extranjero.

La esperanza es que, al ofrecer concesiones en las que las empresas paguen al gobierno una tarifa por operar las instalaciones y se comprometan a realizar inversiones significativas, Brasil estimule su economía y retome el crecimiento. En este camino, tal vez algún día, los principales puertos brasileños alcancen el estándar exhibido por Róterdam y Amberes.


Liana Lourenço Martinelli, abogada, con posgrado en Gestión Empresarial y Comercio Internacional, es la Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Fiorde, compuesto por las empresas Fiorde Logística Internacional, FTA Transportes e Armazéns Gerais y Barter Comércio Internacional. Correo electrónico: fiorde@fiorde.com.br. Sitio web: www.fiorde.com.br.

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